Para esta película el director estadounidense David Lynch, que ya hemos mencionado antes hablando de Mulholland Drive, se basa en la historia real de Joseph Merrick, un hombre deformado que vivió en Londres en el siglo XIX. La sociedad quería hacer de ese hombre un monstruo, pero gracias a su carácter dulce y educado ganó algo de respeto y hasta mostró en sus últimos años de vida que su inteligencia era superior a la media.

La escena que quizás más me conmovió es la siguiente: John es invitado a tomar té a casa de su doctor y entra la mujer del doctor que le saluda cariñosamente estrechandole la mano. John la coge y le saltan las lágrimas. Es la primera vez que una persona extraña le trate con toda naturalidad... lógicamente es una película y tiene la intensión de conmover, pero ninguna escena de este tipo es exajerada o pesada, sólo muestra la naturaleza humana: lo terrible que es la ignorancia y lo simple que es hacer feliz cosa que olvidamos fácilmente.
En un momento de la película vemos a más humanos con anomalías. Esa escena me recordó a la película Freaks ( en español conocida como La parada de los monstruos) de Tod Browning. Ví esta película de 1931 hace años pero me impresíonó tanto, que me ha perseguido a lo largo de los años.
El plot principal de esta película es el siguiente: Un enano, artista de circo, se quiere vengar hacia la trapecista que intentó quedarse con su dinero casándose con él. Pero lo que realmente impacta es simplemente ver como vivían éstos artistas en el circo, su vida cotidiana. También es interesante saber, que hoy en día es un clásico, pero que en su tiempo fue considerada repugnante y se tuvo que retirar de las pantallas.
Además pertenece Freaks al género de terror, ya que finalmente se cumple la venganza, gracias al código que tienen estos artistas deformados entre si: "el dañar a uno dañará a todos los demás"...imaginaros lo que queraís o mirad estas dos pelís, os las recomiendo.
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